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Me sorprende muchísimo el final de esta película. Llega al final y todo el ritmo se rompe, la solemnidad se acaba, el ritual de la búsqueda, como si incluso para acabar tuviesemos que esforzarnos en buscar los accesorios de este y el simple acto no fuese suficiente, también se rompe. Todo se rompe, como el corazón de cada uno de sus acompañantes, como el del señor de bigote cuando se entera del plan y ahonda en lo más profundo de su ser para intentar salvarle. Como la mirada de él, en medio de la oscuridad, y durante toda la película (¡qué mirada!), rota, que te rompe, que resquebraja cada plano e inserta cada fragmento de atardecer dentro de ti hasta tu destrucción.
Llega el final, bruto, con una música más teatrera que otra cosa, como queriendo decirnos que todo es parte de un gran ensayo, como si la vida no fuese más que una sucesión de tomas y más tomas que se encadenan una detrás de otra, las cuales no podemos repetir ni modificar ni ensayar. Eh amigo, que lo que estoy haciendo yo aquí no lo puedes hacer tú, no puedes coger un walkie y avisar para que hagamos una toma más, esto no tiene tomas, no se puede ensayar, ocurre y nada más, así que aprende a disfrutarlo cada día, cada instante, cada subida al árbol, cada risa, cada cereza.
Puedes compartirlo, comprenderlo, mostrar compasión… Pero ¿Sentir mi dolor? No. Tu sufres, y yo también. Yo te entiendo, tu comprendes mi dolor, pero no puedes sentirlo.
Me parece maravillosa la manera con la que nos trasmite todo esto, la sencillez, la belleza de la sencillez, la belleza de la vida. Todo es tán sutil, tan medido, tan puro, que no necesita más definición que la propia existencia en sí, que el propio disfrute. Lo más increíble de todo aquello que es bello, que en su sencillez reside su belleza, es que no se puede explicar. Y es precisamente la concatenación de todos estos momentos los que hacen la vida tan maravillosa.
En realidad no hace falta comentar nada sobre su objetivo, el de Badii, porque la película no trata sobre ese objetivo, trata de la busqueda. De la busqueda ante todo, hasta para acometer nuestro propio final. La busqueda de un amigo, de un compañero de trabajo, de un trabajador, de un rayo de sol, de un olor, un momento, una historia, un instante de comprensión, una razón, un motivo, un instante que sea capaz de transportarnos al principio de todo, a aquel lugar en el cual renaceremos de nuevo. Es una película sobre la vida, sobre el sentido de la vida, sobre los instantes, la muerte, nuestra muerte, y puede que no haya mejor manera de ensalzar la importancia de la vida que relatando la busqueda de aquello que resulta ser todo lo contrario.
